Pensé, "Voy a ser el primero en hacer contacto con vida inteligente
alienígena... ver si luego me matan por eso." y luego resulta que no.
Prefería morir de una forma difícil, por el FBI, la CIA o los técnicos
de investigación aeroterráquea español porque lo que es inteligencia
militar por aquí hacía falta. Somos muy del CSI, pero apenas tenemos dos
astrolabios que den noticia en pantalla en el telediario.
En
una de mis salidas nocturnas para perderme con el coche por la montaña
encontré un telescopio con una antena estretoscópica también -o así
sonaba a mí- abandonada a la suerte del que la encontrase pa' él.
Lo
cierto es que quien hubiera estado aquí no recogía desde hace tiempo,
pensaba entrando por la puerta. Huellas de coches habían fuera marcadas
en el barro como esperando, y no por mi coche que aparqué lejos en unos
matorrales sin recordar ahora mismo si cerré o no con llave. La puerta
metallica golpeaba tras mi paso dejando una habitación lúgubre y con un
olor a podredumbre y ratas mojadas por alguna alcantarilla cercana. Se
respiraba la humedad del ambiente, pero olía como a rancio y ácido al
mismo tiempo, tanto que invitaba a taponar con los dedos las fosas de la
nariz con el propósito de dejar de respirar. El problema se pasó
entonces a la boca ya que este olor se podía hasta saborear. Di a la
luz. Y vi cómo gusanos masticaban alrededor del agujero dejado por la
trayectoria de una bala entre ceja y ceja que resultó alojarse impactada
en la pared metálica, al otro lado del sillón del que supuse que era
científico debido a su bata blanca tintada con tonos rojos oscuros.
Me
acerqué hasta la mesa donde estaba el estetoscopio gigante y divisé en
el cielo algo gigante. Era un planeta verde. Pero con pocos aumentos.
Decidí cambiar eso girando una ruedecilla en el macroscopio y entendí la
catástrofe. La catarsis del científico pudo ser revelada... ¡Había vida
inteligente al otro lado!
Pero esto... claramente había sido un
asesinato. Alguien habría entrado, alertándose del inmediato
descubrimiento hecho público de alguna forma ante los medios de
comunicación y fuerzas gubernamentales -que vaya terminación para
alguien que trabaja de funcionario chupando del bote- habían irrumpido y
le habrían asestado tal rápido disparo certero que ni él mismo habría
podido reaccionar de otra forma que con miedo. Se le veía en la pose
congelada en el instante de su muerte. Sufriría un rigor mortimer cuando
apretó el gatillo. Por lo que, seguramente, estarían de camino para
llevarse al cadáver que permanecía sorpresivo por su boca tan abierta y
un ojo entreabierto cuando aún el otro estaba cerrado. Algo les habría hecho
tener que salir y marchar para no poder encargarse de limpiar la zona.
Quizás se encargasen de eso los CSIs y esto quede en un susto para la
prensa quien por supuesto habría borrado a tiempo toda prueba evidente
de vida más allá... en otra Tierra. ¿O habrán sido los extraterrestres
los que lo habrían matado al verlo? No lo descarto, quizá eran tan
majestuosos o extraños que sufrió un shock en el instante... ah no, que
murió de un disparo.
Quién sabe, quizá pudo haberse dado la vuelta en su sillón de ruedas y el origen de la trayectoria del disparo fuera otra...
Una
nota del por lo visto religioso y creacionista científico estaba encima
de la mesa: "Si encuentro vida inteligente me pego un tiro." Aunque
quién lo diría, más bien parecería un apuesta rusa con uno mismo por su respuesta tan exagerada. ¿Habrá estado así con cada planeta al que
habría estado mirando y observando por primera vez en la historia del
espacio?
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