domingo, 13 de enero de 2013

En la búsqueda espiritual de un hombre

Todo comienza siempre con unas preguntas tan básicas que hasta un niño se puede preguntar. "¿Quién?" y sobre todo: "¿Por qué?... y por qué; porque...".
El ser humano es una responsabilidad. Tienes la decisión en tu mano, o en tus palabras, y si te preguntas porqué llegarás a quién. Quién eres. "¿Quién soy?" pero lo mejor de todo viene cuando te das cuenta que puedes ser quien tú quieras, puedes ser como quieras ser y que eso lo es todo; no hay nada más.
Todo lo demás no vendrá de ti y, para ser uno, tienes que escuchar lo que realmente quieres. Todo se basa en eso, en esa búsqueda por encontrarte a ti mismo en un futuro habiendo realizado tus sueños, habiendo alcanzado tus metas o, simplemente, habiendo llegado a donde querías llegar.
Y por qué eres tú y no otro. Y por qué eres así y no de otra manera. Y por qué has tenido la suerte de ser tú. Y por qué crees que eres así. ¿Te gusta lo que haces? ¿Te gusta cómo eres, quién eres?
La respuesta nunca puede ser "NO". Por que si es así, quiere decir que te equivocaste en algún momento en tu camino por encontrar la felicidad con aquello que verdaderamente amas. Puede ser cualquier cosa, puede ser alguien, puede ser un conjunto o puede sencillamente no ser nada. Eso es lo que te define. Eso es lo que quieres perseguir, lo que esperas encontrar, y para ello estás haciendo cosas y luchando a diario contra un sueño fracasado. Pero peor aún, podrías no saber qué quieres en tu vida y lo más curioso de todo, es que no puedes empezar planteándote qué no quieres porque aquello que no deseas se irá solo con tu presencia en el tiempo. Si eres capaz de escucharte, y responderte el por qué de ti mismo, por muy raro que te parezca, las mejores respuestas serán siempre "SÍ" e incluso, básicamente, "No lo sé".
Al fin y al cabo, lo único que importa es sentir que estás haciendo las cosas bien.
Las únicas normas en este camino son NO entorpecer ninguna otra meta, y sobre todo NO tratar de ser quien no quieras ser.